Hay una frase que esperamos no tener que pronunciar: “Ya llevaba tiempo con ello, pero no se lo detectamos”.
En el Blog de Pavo hablaremos de los síntomas de la insuficiencia renal crónica, que pasa casi desapercibida en sus inicios, de manera que puedas detectarlos a tiempo y actuar lo más rápidamente posible para ralentizarla.
Diferencia entre insuficiencia renal aguda y crónica
La insuficiencia renal aguda (IRA) es una enfermedad que cursa con la pérdida de la función renal de modo temporal. El daño renal es reversible tras la aplicación del tratamiento, que actúa sobre las causas que la originan, que pueden ser muy diferentes.
La insuficiencia renal crónica (IRC) es una pérdida definitiva de la función de las nefronas (células del riñón). Cuantas más nefronas estén dañadas irreversiblemente, mayor será el grado de insuficiencia. Es una enfermedad sin retorno, por lo que ralentizar su avance es fundamental.
Es frecuente que los caballos de edad avanzada sufran cierto grado de IRC, que puede ser total o parcialmente compensada si el porcentaje de nefronas dañadas es bajo.
Síntomas en la insuficiencia renal crónica
La IRC es una de las enfermedades que producen pérdida de peso sin causa aparente. El caballo pierde condición corporal y apetito. También está más apagado de lo normal y tiene menos tolerancia al ejercicio.
Las pérdidas de proteínas por la orina, además de adelgazar al caballo, hacen que se retengan líquidos corporales (edemas), que se pueden observar en abdomen o parte baja de las extremidades.
La urea que no se elimina por orina produce úlceras en la mucosa digestiva, de modo que se desarrollan úlceras gástricas e intestinales.
En la boca se pueden observar estas úlceras, así como mal aliento.
Los análisis de orina revelan pérdida de proteínas y una densidad menor a la normal debida al aumento de pérdida de agua, por lo que el caballo orina más (poliuria).
Mientras el caballo siga bebiendo la cantidad necesaria para compensar estas pérdidas, no se deshidratará. El caballo bebe más (polidipsia), por lo tanto.
La poliuria y polidipsia son difíciles de ser percibidas, sobre todo si el animal está en el campo y se usan bebederos automáticos.
En los análisis de sangre se ven aumentos de la concentración de urea, que además de producir las úlceras bucales produce destrucción de glóbulos rojos, por lo que tienen anemia.
También hay desequilibrios en minerales y electrolitos. El calcio y el potasio están elevados; el sodio, el cloro y el fósforo, disminuidos.
Un parámetro muy importante para la valoración del grado de insuficiencia renal es la creatinina en sangre, que va aumentando a medida que el proceso empeora.
Por todo esto, los análisis de orina y sangre son fundamentales para conocer el grado de avance de la enfermedad y el pronóstico.
Tratamiento de la IRC equina
Ya que es una enfermedad sin tratamiento, porque el daño renal es irreversible, todas nuestras fuerzas deben de ir encaminadas a mantener el apetito, el peso y la hidratación, así como a disminuir la sobrecarga de trabajo de las nefronas que todavía funcionan.
Mantener la hidratación y el equilibrio de electrolitos
Deberemos suministrar agua fresca a disposición continua, así como piedra de sal.
Si a la hiponatremia (disminución del sodio) e hipocloremia (disminución del cloro) que produce la IRC, sumamos que el forraje es deficitario en sodio, vemos que necesitamos el bloque de sal, o suplementar con electrolitos o con electrolitos y glucosa, para cubrir necesidades de mantenimiento (sin superarlas). Si el caballo come demasiada piedra de sal o tiene edemas, hay que reevaluar la administración de sal.
Reducir el trabajo renal
Para eso, debemos evitar alimentos ricos en proteína como forrajes de leguminosas tipo alfalfa o veza.
El calcio también se debe de controlar y por eso no se deben de suministrar alimentos altos en calcio como la alfalfa o la pulpa de remolacha.
Mantener el peso y el apetito
Para la pérdida de peso, como no podemos sobrecargar la función renal, ya delicada, no podemos basarnos en las proteínas, sino en los hidratos de carbono y en las grasas.
Aumentar los hidratos de carbono puede traer problemas si lo hacemos aumentando el almidón, de modo que las grasas vegetales serán grandes aliadas. El aumento en la dieta de estos elementos debe de ser muy paulatino, dando tiempo a la adaptación del digestivo y de su microbiota.
Cuando se aumenta la grasa en la dieta también tenemos que aumentar la vitamina E, sobre todo la forma natural (d-alfa-tocoferol) con más biodisponibilidad que la sintética (dl-alfa-tocoferol).
Facilitar el acceso al pasto es idóneo, por su composición y por ser más palatable. Hay que tener en cuenta que muchos caballos con IRC tienen disminuido el apetito
Existen otras enfermedades que cursan con poliuria, polidipsia y adelgazamiento, por eso, ante la mínima sospecha deberás llamar al veterinario para que haga las pruebas oportunas y pueda establecer el diagnóstico diferencial.
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